Arranca la vendimia de una cosecha que se prevé histórica

S. Luaña, M. Cobas, l. díaz REDACCIÓN / LA VOZ

MONTERREI

Bodegas de Rías Baixas adelantan dos semanas la recogida de la uva

22 ago 2011 . Actualizado a las 11:44 h.

«Posiblemente, la mejor cosecha de la historia», dicen los bodegueros y cosecheros gallegos. El sector vitivinícola, uno de los pocos que supieron capear la crisis, se frota las manos porque, al margen de su buen hacer para que los vinos gallegos sean reconocidos internacionalmente, ha contado este año con la complicidad del tiempo. Y no solo en el verano, sino a lo largo de toda la temporada. Llovió cuando tenía que llover, y el sol maduró la uva cuando tocaba. Por eso en la mayor parte de las parcelas el fruto está casi listo para cosechar, de ahí que la vendimia se vaya a adelantar en la mayor parte de las denominaciones de origen, una premura que se notará sobre todo en Rías Baixas, donde algunas bodegas, sobre todo en la zona de O Rosal, empezarán a hacer este mismo fin de semana los pies de cuba, con la intención de que sea a lo largo de la semana que viene cuando la campaña se generalice en las tierras del albariño. En total, dos semanas de adelanto respecto a años anteriores.

Otras denominaciones empezarán algo más tarde. En O Ribeiro, por ejemplo, podría adelantarse también puntualmente en algunas parcelas, pero el grueso de la vendimia se espera para septiembre. Los viticultores de la Ribeira Sacra, en cambio, esperan comenzar a finales de agosto.

Calidad y cantidad

Técnicos, bodegueros y agricultores de la mayor parte de las zonas coinciden en destacar tanto la calidad como la cantidad de la cosecha que se espera, que podría dar lugar a unos vinos excelentes y abundantes. En Rías Baixas nadie se atreve a adelantar cifras porque, como dicen desde el Consello Regulador, «todo depende de lo que pase con el tiempo en los últimos días. La climatología ayudó, pero es pronto para decirlo». Sin embargo, extraoficialmente las bodegas creen que se van a superar con creces las cifras récord del año 2006, cuando se alcanzaron los 36 millones de kilos de uva. Hay quien habla incluso de 50 millones, pero otros consideran que esa cifra es excesiva.

También son buenas las previsiones en las demás denominaciones de origen gallegas. En la zona de O Ribeiro se espera un incremento de producción de entre el 10 y el 15 %, lo que se traduciría en 15 o 16 millones de kilos de uva. Valdeorras espera que este sea un buen año y que se recojan unos cinco millones. Y como en Rías Baixas, en la Ribeira Sacra se prevé una cosecha histórica, con más de seis millones de kilos recolectados. Tan solo en Monterrei, por culpa de los ataques de mildiu que mermaron la cosecha prevista, se cree que las cifras serán similares a las del año pasado, con unos dos millones de kilos.

Todos ellos esperan como agua de agosto las lluvias anunciadas para estos días, que pondrían la guinda a una uva que ya está madurada y en perfectas condiciones para producir unos vinos excelentes.

Demanda de temporeros

Los caldos gallegos se han convertido en los últimos años en un motor para la resentida economía de la comunidad, y no solo por los saneados balances de sus empresas y su proyección internacional. También porque en época de vendimia son una válvula de oxígeno para los que sufren la lacra del paro. En las bodegas hay colas para apuntarse a la recogida de uva, y si antes eran sobre todo inmigrantes, ahora el perfil es de un gallego en paro y con familia a su cargo. «A muchos se les acabaron incluso las ayudas familiares y carecen de ingresos de ningún tipo», indicaban esta semana desde la agencia de contratación de Martín Códax, que cada año selecciona a unos doscientos temporeros que cobran entre 50 y 65 euros al día.