Vecinos de un edificio de A Coruña donde hace un año y medio asesinaron a un hombre ante un altar de brujería piden más vigilancia policial

A. Mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

EDUARDO PEREZ

«Todo sigue igual o incluso peor», se quejan

09 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En el número 58 de la calle Vizcaya, en el barrio coruñés de Os Mallos, residen en su mayoría personas mayores. Gente con buenos modales que quiere vivir tranquila pero no puede porque en el segundo izquierda han pasado, y pasan, cosas que les quitan el sueño y a veces se encuentran personas durmiendo u orinando en los descansillos. Desde hace años, la propietaria alquila habitaciones y muchos de los inquilinos que por ahí pasaron protagonizaron decenas de incidentes. El más grave, un macabro asesinato. Fue el 20 de noviembre del 2022. En una de esas habitaciones, tres personas —dos hombres y una mujer— dieron a un amigo una gran paliza hasta llevarlo a la muerte. Llegaron incluso a introducirle un palo en el ano para comprobar si tenía dinero oculto en el recto. Todo, frente a un altar satánico.

El juicio por esos hechos se celebrará en una semanas en la Audiencia Provincial de A Coruña. La Fiscalía pide para cada uno de los tres acusados una pena de 29 años de prisión como autores de los delitos de asesinato, robo con intimidación y contra la integridad moral.

La proximidad de este juicio vuelve a poner el foco sobre ese piso. Cuentan los vecinos que año y medio después del crimen «todo sigue igual o incluso peor». Denunciaron en numerosas ocasiones la presencia de toxicómanos a todas horas del día y de la noche. Algunos no usan el timbre, sino que ya llaman al camello a gritos desde la calle.

Subdelegación del Gobierno

Hace unos días, la comunidad de vecinos fue recibida para una entrevista en la Subdelegación del Gobierno en A Coruña. Las autoridades se comprometieron a aumentar la vigilancia en la zona. Los residentes reconocían que sí que se había notado esa mayor presencia policial, pero piden más actuaciones contra ese piso. La Administración les pidió tiempo. No se trata de un piso okupa, sino de una vivienda con una propietaria a la que no se puede desahuciar. «El asesinato de hace año y medio no nos cogió por sorpresa a ninguno de los vecinos porque algo así esperábamos que iba a ocurrir. Y ahora estamos convencidos de que en cualquier momento puede suceder algo parecido», afirma una vecina del inmueble. «Si esto no cesa, no descartamos manifestarnos», anunció ayer otro residente.