¿Tristeza o depresión?

Flor Lafuente INSTRUCTORA Y FORMADORA EN BIENESTAR INTEGRAL

OPINIÓN

Ana Garcia

11 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El psicólogo israelí y experto en bienestar Tal Ben-Shahar, ex profesor en Harvard y actual director de Happiness Studies Academy, hace una distinción importante: «La diferencia entre tristeza y depresión es que depresión es tristeza sin esperanza». Cuando hay esperanza no somos víctimas pasivas de las circunstancias, sino que sentimos que tenemos un rol activo en cómo pueden desarrollarse las cosas en el futuro. Entendemos que si nos centramos en lo que podemos controlar —nuestras acciones y decisiones—, si nos enfocamos en las posibilidades y no en lo que puede salir mal, seremos capaces de construir una realidad mejor.

La depresión clínica, en cambio, es como una nube oscura que nos succiona. Experimentamos una tristeza generalizada, incapacitante, duradera. No encontramos satisfacción en nada. Nos sentimos sin energía, sin apetito, insensibles. Nos invaden pensamientos negativos automáticos, quizá suicidas. Perdemos el poder de decisión. Estamos a merced de una fuerza que no podemos controlar.

Si este es el caso, debemos consultar a un terapeuta. No obstante, me gustaría resaltar un concepto científico que puede ser de gran ayuda a quien atraviesa una situación difícil: el crecimiento post-traumático (versus el estrés post-traumático). Como explica el doctor Tal Ben-Shahar, solo cuando conocemos la posibilidad de un desarrollo positivo después de un trauma este se convierte en una opción real para salir del estado de depresión. Nos concede esperanza.

Todos conocemos casos de personas que han perdido lo más valioso que uno puede perder en esta vida —un hijo— y han transformado ese dolor en una causa para ayudar a otros. De eso se trata el crecimiento post-traumático. ¿Cómo abrazar esta posibilidad? Las sugerencias del doctor Ben-Shahar son:

1. Aceptar el dolor, darnos el permiso de ser humanos y no resistir las emociones, porque eso hará que se intensifiquen. 2. Conectarnos con amigos o familiares en quienes confiamos y hablar sobre lo que nos pasa. Es necesario liberar la presión. 3. Crear una narrativa que le dé sentido a la situación, buscar una forma de emerger fortalecidos, tal vez creando algo nuevo a partir del dolor.

No podemos evitar ni controlar las cosas que pasan, pero sí podemos extraer aprendizajes valiosos al intentar inclinarnos hacia lo positivo. La ciencia ha demostrado que es posible, nos hace más fuertes, y en el camino también podemos ayudar a otros con el ejemplo.