Seguridad

Ignacio Carballo González
IGNACIO CARBALLO LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO CIUDAD

14 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La seguridad ciudadana tiene una lectura estadística pública, sobre todo cuando forma parte del argumentario de los políticos, con frecuencia para lucir resultados positivos en la evolución de las distintas modalidades de la criminalidad. Y tiene un fuerte componente de percepción social, una sensación que los ciudadanos llevan a flor de piel y que cambia radicalmente, para mal, cuando un vecino lo sufre en propias carnes o sabe de alguien de su entorno que pasa por una situación similar. En ese caso, ya pueden decirle que Santiago es una ciudad segura, porque lo pondrá en duda aunque los datos hablen nítidamente de descensos de la delincuencia de tal o cual o de todas las modalidades. No lo creerá. Y no hay que olvidar que una considerable actividad delictiva de baja intensidad, esa a la que popularmente nos referimos como «chorizadas», no llega a figurar en las estadísticas oficiales, simplemente porque sus víctimas no las denuncian, en el convencimiento de que hacerlo les va a acarrear una pérdida de tiempo y ningún resultado positivo. ¿Objetivamente se puede decir que Santiago es una ciudad segura? En general, sí. Claro que sí. No caminamos por el centro, el histórico o el nuevo, o por los barrios temiendo que a la vuelta de la esquina nos vayan a dar un palo, sea de día o de noche, pero siempre es aconsejable tomar precauciones, sea en Santiago o en cualquier otra ciudad. Como también hay que tomarlas para reducir las posibilidades de que te entren a robar en casa cuando te vas de vacaciones (una especialidad delictiva, por cierto, con considerable incidencia en Santiago y su periferia de viviendas unifamiliares). El componente subjetivo de la seguridad ciudadana está muy estrechamente ligado a la visibilidad de los miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad, y en esto sí que pueden ganar los delincuentes si no se corrige la tendencia acelerada a la reducción de las plantillas policiales. Esta labor de proximidad sufre con tanta merma y se resiente tanto la seguridad subjetiva como la prevención de la delincuencia y hasta la investigación de los hechos delictivos consumados, aspectos en los que la colaboración vecinal se demuestra fundamental por su eficacia, también en Santiago.