Un escalón menos en el camino de Paula

SANTIAGO

Paula tiene un año, es de Boiro y nació sin sacro, por eso desde hace cerca de tres meses está en Alemania con sus padres. Allí se somete a un tratamiento que tardará en dar sus frutos, pero del que ya son visibles algunos avances gracias a la valentía de sus padres y a la fortaleza mostrada por una niña que no pierde la sonrisa.

13 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Esperanza y una oportunidad. Eso es lo que ha llevado a Alemania a la pequeña Paula, una niña de Boiro de apenas catorce meses que padece agenesia sacra, y a sus padres. Allí les ofrecieron una alternativa, una posibilidad para que su hija pueda dar sus primeros pasos y, prácticamente con lo puesto, se marcharon en septiembre. Esta misma semana, Paula pasó por primera vez por el quirófano de la clínica germana en la que recibe tratamiento, el primer escalón que deberá sortear en una recuperación que se prevé larga.

El diagnóstico de la enfermedad de Paula llegó después de nacer. Le faltaban el sacro y dos vértebras de la parte inferior de la columna, una malformación que también afecta a los nervios de las extremidades inferiores. De ahí que la pequeña tuviese los pies torcidos y no fuese capaz de mantenerse en pie. Durante las seis últimas semanas, la niña estuvo con yesos en ambas piernas para corregir su postura, y el pasado martes fue intervenida en ambas extremidades. El diagnóstico inicial apunta que la operación se desarrolló con éxito, aunque no será hasta principios de la próxima semana cuando los médicos den más detalles sobre cómo proceder de ahora en adelante. Todo dependerá de la evolución de la pequeña, pero, previsiblemente, aún le quedan por delante varias semanas más con las piernas enyesadas antes de poder dar un nuevo paso en su recuperación.

Difícil adaptación

Lo más complicado de la operación fue intervenir el pie izquierdo, en el que fue preciso corregir la posición de huesos y tendones y que, por ahora, está vendado a la espera de que, en función de cómo evolucione, puedan enyesarlo. Los dos primeros días tras la operación fueron especialmente duros, por el cansancio y porque Paula es una niña inquieta y muy pequeña para que puedan administrarle demasiadas medicinas para calmar el dolor. Sus padres también sufren al verla así y al no poder contar con el apoyo de su familia, pero Alemania era la única salida que encontraron en busca de una curación para su hija después de no encontrar ninguna otra opción en los médicos que trataron a la pequeña desde su nacimiento.

El camino por recorrer se prevé largo y difícil, un trayecto que los padres y la propia Paula, una niña vivaz, risueña e inquieta que está aguantando estoicamente el complejo tratamiento que recibe en Alemania, afrontan con coraje. Y eso que la adaptación al país germano, al que se fueron dejando toda su vida aquí, no está resultando sencilla. Hasta la semana pasada no contaban con una vivienda propia, y siguen estudiando alemán para poder entenderse y buscar un puesto de trabajo que por ahora se les resiste.

Prótesis en la espalda

Y es que la estancia en Alemania va para largo. Después de corregir la posición de los pies para que Paula camine -un logro que requerirá una nueva operación-, quedará aún por delante una segunda fase del tratamiento que consistirá en implantar prótesis en la espalda de la niña para intentar reconstruir la parte de la columna que le falta y lograr que pueda desarrollarse normalmente.

Todo esto tiene un coste muy elevado que ni la de Paula ni la mayoría de las familias de este país puede afrontar. Para que la pequeña se recupere es necesaria la friolera de 250.000 euros, una cifra al alcance de muy de pocos que sus padres están dispuestos a reunir, y para ello no han dudado en apelar a la solidaridad de sus vecinos. El resultado está siendo todo un éxito, y en apenas unas semanas las iniciativas benéficas que se han puesto en marcha han logrado recaudar mucho más de los 15.000 euros necesarios para la primera fase del tratamiento.

Esta corriente solidaria la iniciaron los propios familiares de la pequeña, que elaboraron un cartel con la foto y la historia de la cría junto a un número de cuenta pidiendo la colaboración de quien estuviera dispuesto a ayudar. La respuesta fue prácticamente inmediata y rápidamente comenzaron a surgir propuestas, primero con la colocación de huchas en establecimientos de todo tipo y luego con acciones concretas en las que se ha volcado toda la comarca. La campaña a favor de Paula pronto llegó al mundo virtual y en Facebook son cerca de un millar las personas que siguen la evolución de la pequeña, una mejoría que sus padres narran con constantes publicaciones en el muro y nuevas fotografías de la niña.

De Boiro a Alemania. Al acercarse a su primer año de edad, Paula comenzó a esforzarse por ponerse de pie, algo imposible con su dolencia pese a que, vestida y calzada, parece una niña normal. Desde que llegó a Alemania está con las piernas enyesadas con el objetivo de corregir su posición